domingo, 9 de septiembre de 2007

COMO DIJO SANTO TOMÁS "VER PARA CREER" ...Y COMO DICE LA CIENCIA DEL LENGUAJE "ESCUCHAR PARA LEER"

Durante mucho tiempo, me pregunté por qué los niños pequeños no pueden hablar como un niño de edad más avanzada. Y mis conclusiones fueron varias, por una lado, consideraba la parte fisiológica que me llevaba a pensar que los órganos fonadores de los bebés aún no estaban lo suficientemente desarrollados para poder emitir palabras fonéticamente correctas. Luego, en un momento de reflexión, me dediqué a pensar en el cómo nosotros los adultos le hablamos a los infantes durante su primer "periodo de crecimiento". Ponemos rostros ridículos y hablamos de manera extraña, sin pronunciar bien las palabras y nombrando a los objetos de una manera más bien onomatopéyica (palabras cuya pronunciación imita al sonido de aquello que describe). Es cierto que, de todos modos, durante el proceso evolutivo del habla, los pequeños hablan onomatopéyicamente porque el oído, es el primero órgano que desarrollan y, por lo tanto, al escuchar los ruidos del ambiente, logran reproducirlos más fácilmente que una palabra.

Sin embargo, no podemos fiarnos de esto y acostumbrar al niños a escuchar y expresarse de forma onomatopéyica ya que puede causar un trastorno en el habla. Un ejemplo actual de ello, lo podemos ver en un programa infantil de televisión "Los Teletubbies".



Aquellos adorables muñecos con atractivos colores e historias, hablaban de manera extraña, incluso divertida. En Chile, causaron sensación. Su programa se emitía en horario especial para niños y, comercialmente, causaron gran revuelo. Pero al ser este programa tan influyente en el desarrollo intelectual de los niños (niños que cada vez se encuentran más horas frente a la televisión o a internet) comenzó a cuestionarse que tan influyente podría ser la forma de hablar de estos personajes en los pequeños telespectadores.

Digo todo esto, porque varios estudios e investigaciones demuestran que poseemos una "conciencia fonológica" la que según Sylvia Defior en su publicación "Una clasificación de las tareas utilizadas en la evaluación de las unidades fonológicas..." define como : Parte de la conciencia metalingüística o capacidad para reflexionar acerca de la propia lengua. Es la capacidad de ser conscientes de las unidades en que puede dividirse el habla. Abarca habilidades para identificar y manipular de forma deliberada. Las palabras que componen las letras (conciencia lexical) las sílabas de las palabras (conciencia silábica) hasta la manipulación de las unidades más pequeñas del habla, los fonemas (conciencia fonémica).

El punto es que mientras mayores sean los estímulos recibidos por el niño de parte de los adultos, ya sean padres o educadores, estos tendrán más facilidades para aprender y mejorar su lectura y escritura. Situación que se verá reflejada años más tarde.

En la publicación del doctor Luis Bravo Valdivieso "La alfabetización inicial: un factor clave del rendimiento lector" queda de manifiesto que dichos estímulos perduran en el tiempo, mejorando considerablemente la capacidad de lectoescritura de cada niño.

Si desea encontrar más información acerca del desarrollo de la conciencia fonológica, le recomendamos la siguiente página:





Ahora bien, me gustaría destacar la gran relevancia que tiene el escuchar para el desarrollo del lenguaje. Como dijimos anteriormente, gracias a los constantes estímulos recibidos, podemos aumentar las posibilidades de tener éxito en nuestro proceso de lectoescritura. Es así como la autora Cecilia Beuchat ha querido resaltar la gran implicancia del primer sentido que se desarrolla en el ser humano.


En su publicación "Escuchar:punto de partida", hace la diferencia entre oir y escuchar. la primera se refiere sólo a la recepción física de ondas sonoras a través del oído, mientras que la segunda, incluye además de oir, la capacidad de responder al estímulo físico y utilizar la información captada. Escuchar es el proceso por el cual el lenguaje hablado, es convertido en significado en la mente.


El escuchar, lo podemos dividir en 4 categorías: atencional, analítico, apreciativo y marginal.




Escuchar atencional: Se refiere a focalizar la atención en un estímulo para obtener alguna información.










Escucha analítico: Se utiliza cuando se analiza lo escuchado para resolver algo, cuando se discrimina un sonido u ordena una secuencia.







Escuchar apreciativo: Se realiza por el goce o deleite de escuchar











Escuchar marginal: Permite captar otros estímulos además del foco que es el centro de la atención.









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Referencias:
- Beutchat,C(1992). Capítulo"Escuchar, el punto de partida".Revista lectura y vida.Año 13 nº2

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